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Gustavo Parra Espinosa es el sensei titular del Club de Judo Hosei de Quebrada de Talca. Agricultor, Ingeniero Industrial y estudiante de cuarto año de Derecho, Gustavo Parra es un promotor y difusor de un judo muy particular en el Valle del Elqui.

Con 40 años de práctica y ostentando el grado de Primer Dan en Judo, el Sensei Gustavo realiza un fuerte trabajo formativo y social en un lugar remoto, pero que a pesar de todo, se ha mantenido activo y constante en el desarrollo del Camino de la Suavidad.

A continuación, dejamos la entrevista realizada por la Federación de Judo de Chile al maestro de este club que hace unos meses a esta gran comunidad.

¿Cómo comenzó Gustavo Parra en el Judo?


Me inicié en al Escuela de Investigaciones de Chile, entre los años 1975 -1976, como estudiante. En Santiago, era activo judoka, en distintos clubes en distintas instituciones: Carabineros; Universidad de Chile, Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM); Universidad de Santiago de Chile (USACH); y en el Comité Olímpico de Chile (COCh), que estaba ubicado en calle Tarapacá. Siempre compatibilizando el trabajo y judo , hasta que me fui definitivamente a La Serena.

Desde el año 1980 a 1998, formé la rama de la Empresa Minera El Indio, actual Barricks Gold, enseñando judo a los trabajadores e hijos de esa minera. Posteriormente me gané una beca para estudiar ingeniería en la USACH, donde retome el judo.

¿Cómo fueron los Inicios de Judo Hosei?


En el año 2001, empecé a viajar, desde Santiago a La Serena, (Quebrada de Talca), zona rural, donde vivía mi madre y aprovechando mis vacaciones, enseñé judo a los niños del sector, en una sede social abandonada. Para ello, me conseguí unas planchas de tatami, que estaban guardadas en dependencias de la Minera Barricks, donde yo había trabajado y donde además había formado la rama de judo en esa Empresa Minera. El gerente de la época no puso reparos y ahí empezó el judo. En poco tiempo, pude darme cuenta del potencial de estos jóvenes, debido a su condición física natural, he hice un experimento, con solo 3 semanas de entrenamiento, fuimos a un campeonato regional en Coquimbo, donde ganamos en todas las categorías. Repetí meses después en una instancia superior y fuimos al campeonato nacional infantil que se realizaba en Pudahuel, Santiago, con idénticos resultados: de 11 competidores que fuimos en esa ocasión, logramos 10 medallas de oro.

Desde ese momento, asumí el compromiso de viajar todos los fines de semana, desde Santiago a Quebrada de Talca, los fines de semana, a enseñar judo, en forma gratuita a estos jóvenes. Lo hice por 4 años, hasta que terminé mi relación laboral en la empresa donde trabajaba y en forma paralela había comprado un derecho comunitario en el sector y ví la oportunidad de radicarme fuera de Santiago.

La embajada de Japón y JICA (Agencia de Cooperación Internacional de Japón), supo de mí altruista labor y empezaron a apoyarme con materiales, algunos judogis. También algunos sensei, me acompañaron en este proceso, por ejemplo; Toshiharu Kobayashi, Juichi Nakamura, Juyi Nakatami, por nombrar algunos. En ese proceso, conocí a mi actual pareja, la Sra. Hisako Ikeda, ex voluntaria de JICA y actual presidenta del Club. Además, Hisako está enseñando japonés básico a los alumnos del club.

¿A qué se debe la elección del nombre del Club?


Unos de mis acompañantes, Yuichi Nakamura, estudió en la Universidad de Hosei, en Japón, y además la traducción al español, significa algo como: “Cielo Estrellado”, coincidiendo con el lugar donde vivimos, el cual posee los cielos más limpios del planeta y donde además realizo actividades turísticas de observación astronómica en la actualidad. La Universidad de Hoseo, ha tenido grandes exponentes del judo mundial entre sus egresados.

¿Cómo definiría el Judo que se practica en Hosei?


Netamente formativo. Siempre digo a mis alumnos: yo no formo deportistas, formo buenas personas, buenos trabajadores, buenos estudiantes. Además, es un judo integrador, donde participan los padres junto a sus hijos.

¿Cuál es la visión de la competencia para usted?


Es un tema secundario para mí, debido a que estoy en una localidad rural y tengo pocos alumnos. Pero si aparece un talento natural, obviamente los apoyaré e indicaré las mejores opciones para desarrollarse como competidor.

¿Cuáles son sus alianzas estratégicas y qué importancia le da?


Alianzas estratégicas no tengo, pero si grandes amigos fuera de Chile, contactos que he logrado gracias a mi señora, ella tiene varios compañeros de Universidad, que son sensei de judo y con los cuales he participado en talleres online, e intercambiado conocimientos. Ella actúa como traductora en esas instancias.

¿Cuál es la importancia de la familia para el judoka?


Primordial. En mi caso, todos participamos en las clases, mi señora y mis tres hijos. Esto se repite con mis alumnos, sus padres son activos participantes, tanto en las clases, como en la parte administrativa. Por lo tanto, para mí, la familia es la base de este deporte.

¿Tiene algo que agregar a la entrevista?


Gracias por considerar a este pequeño club del Valle de Elqui y siempre serán bienvenidos.